martes, 30 de diciembre de 2008

H A M B R E

En los últimos meses, lo principales medios de comunicación han elaborado cantidad de retórica para explicar los motivos (coyunturales) del encarecimiento de los productos alimenticios de primera necesidad, sin profundizar a mi parecer, en las verdaderas causas (estructurales) que lo producen.

Pese a que a lo largo de la historia siempre ha habido hambres coyunturales debido a sequías, plagas, inundaciones, guerras, etc. (que hoy, gracias a los avances en las tecnologías de la comunicación y la información podrían ser mitigadas) las hambres mas paradigmáticas de la era moderna han sido las de Irlanda de mediados del siglo XIX y las de la India de 1943, que no tuvieron nada que ver con causas naturales.


La hambruna irlandesa fue obra de los economistas, porque los principios sagrados de la economía ortodoxa dicen que si existe un mejor mercado exterior allí han de ir los alimentos. Irlanda exportaba alimentos a Inglaterra durante la época del hambre.

En la India, donde murieron de hambre mas de tres millones de personas durante la primera mitad de los años 40 del siglo pasado, fue debida al dominio imperial británico. A los campesinos indios sometidos al sistema colonial de recaptación, se les confiscó por la fuerza gran parte de la cosecha de grano y se autorizaron enormes exportaciones a Europa, que junto con la especulación, el acaparamiento y la busqueda de beneficios por parte de los comerciantes llevó a la desorbitada subida de precios, que los indios pobres pagaron con hambre e inanición.

En la actualidad la conjunción de estas dos realidades (imperialismo y economía de mercado) el hambre se ha instaurado en el mundo mediante un nuevo sistema (avalado por tratados de libre comercio) mas sutil, con mas ingenio, que hace del robo un derecho.

Contrariamente a lo que (de una forma interesada) se nos quiere hacer creer la productividad de las practicas agrícolas tradicionales ha sido siempre elevada y ha alimentado de una manera equilibrada, biodiversa y culturalmente apropiada el conjunto de las sociedades, y con un escaso impacto negativo sobre los ecosistemas locales.

La Revolución Verde fue un intento deliberado de destrucción de la biodiversidad y de la agricultura tradicional.

La agricultura industrial si bien ha aumentado la producción de determinadas variedades de grano, no ha producido mas comida, y este aumento ha sido a costa de la producción de otros alimentos, utilizando en el proceso enormes cantidades de combustibles fósiles, agua y productos químicos tóxicos con degradación del medio.

La agricultura industrial promueve el uso extensivo de monocultivos para mantener un control centralizado sobre la producción y la comercialización de alimentos. Así monopolios y monocultivos se refuerzan mutuamente.

Este experimento ha sido mundial, de manera que los ejídos, granjas y explotaciones agrícolas familiares estan siendo forzadas a extinguirse y millones de campesinos son desplazados para dar lugar a monocultivos extensivos que requieran gran cantidad de inversión y poca mano de obra.

Este modelo, elaborado por las corporaciones transnacionales, avalado por los países de la OCDE e impuesto por las instituciones multilaterales, BM, FMI y OMC, a través de los programas de ajuste estructural PAEs, que obliga a los paises del Tercer Mundo a abrir sus economías a la penetración y control del capital extranjero y a producir cultivos comerciales para la exportación (café, cacao, frutos exóticos, etc.), en detrimento de la producción de alimentos para los mercados locales. Estos países acaban compitiendo entre sí con el consiguiente desplome de los precios en origen de estos productos.

Las normas de la OMC permite las subvenciones a las exportaciones y al comercio de productos básicos controlados por las grandes empresas del sector, pero no a la producción de alimentos a pequeña escala, favoreciendo las practicas de “dumping” sin el que estas compañías hubieran podido competir, invadir y destruir los mercados locales del Sur, base de la autonomía, autosuficiencia, y seguridad alimenticia de estas sociedades.

Este proceso globalizador de libre comercio hace que las sociedades agrícolas del Sur se vuelvan cada vez mas dependientes de las importaciones de alimentos del norte pero faltan las divisas necesarias para costear estas importaciones.

Hoy media docena de empresas del agribusiness controlan el comercio mundial de grano (con los correspondientes subsidios), de pesticidas, de agroquimicos, así como las patentes de semillas transgénicas (MG) que tratan de imponer para tener un mercado prisionero.

La destrucción de la agricultura tradicional, el control monopolista, la manipulación de precios, la política criminal de convertir alimentos en biocombustible y la especulación financiera en el mercado de futuros de los principales productos agrícolas, son la causa del encarecimiento desorbitado de los alimentos básicos y el aumento del hambre en el mundo.

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